Cómo desenredarte del pensamiento negativo
Cuando nos sentimos enredados en pensamientos negativos, creemos que estos pensamientos son verdades o reglas que debemos acatar. Muchas veces nos creamos un “manual” de cómo deberíamos actuar y nos criticamos duramente cuando no lo hacemos. Cuando nos fusionamos con nuestros pensamientos “somos” esos pensamientos y no vemos la posibilidad de pensar diferente.
Para desenredarnos, podemos practicar la “defusión cognitiva”, que significa “cruzarnos a la acera de enfrente” y observar nuestra mente con curiosidad, sin enjuiciarnos. Los pensamientos son las personas que circulan por la acera, algunas sonrientes, otras iracundas… podemos elegir con cuales nos gustaría socializar y simplemente dejar ir aquellas personas con las que no conectamos bien….
Otra metáfora útil es visualizarnos parados en la orilla del mar. El oleaje son nuestros pensamientos. En ocasiones el mar está revuelto, escuchamos truenos y hay una lluvia copiosa. Cuando nuestra mente está calma las olas son pequeñas y el sol brilla. Podemos visualizar nuestra mente como este mar que cambia y nunca es permanente. La calma siempre vuelve si le damos tiempo. Lo único que precisamos hacer es observar nuestros pensamientos sin sumergirnos en ellos. Decidimos entrar al mar cuando está calmo y salir de él cuando está revuelto. Podemos elegir qué pensamientos conservar y qué pensamientos dejar ir. Ante la elección infinita de pensamientos para pensar tiene sentido practicar aquellos que crean emociones agradables, o al menos quitan intensidad a las emociones desagradables.
Te propongo un ejercicio de defusión cognitiva:
Paso 1: Trae a tu mente un pensamiento frecuente de autocrítica… mucha gente se dice a sí misma “Soy una imbécil, inútil, desagradecida, etc.)… ¿Cómo te hace sentir?” Esa afirmación ¿es cierta para absolutamente todo el mundo? ¿Todo el mundo estaría de acuerdo?
Paso 2: Toma tu pensamiento autocrítico y agrégale delante la frase: Estoy pensando que soy una inútil/ imbécil/ desagradecida”. Presta atención a cómo cambia tu emoción al reformular tu pensamiento.
“Estoy pensando que….” Te permite distanciarte del pensamiento autocrítico y verlo como realmente es: un pensamiento y no tú misma.
Ten en cuenta que distanciarte de tu pensamiento no significa resistirlo; significa simplemente identificarlo por lo que realmente es: una opinión. Solo suena real porque lo has pensado muchas veces.
Paso 3: Piensa ahora un pensamiento alternativo positivo creíble para ti. Quizá argumentes que este pensamiento no es un hecho, de la misma manera que no lo es el autocrítico. Es verdad que pensar pensamientos como “Soy una mujer fuerte, dispuesta a aprender, determinada a progresar, etc.” no los convierte en hechos en sí mismos y quizá haya gente que no esté de acuerdo. Pero… ante la alternativa de pensar unos u otros… ¿Cuáles te provocan mayor bienestar? ¿Cuáles crean una experiencia nueva y agradable en tu vida?
Si practicas pensamientos alternativos sin juzgar los automáticos, veras que con el tiempo éstos surgirán más espontáneamente. Solo resta que crees evidencia para convertirlos en hechos. Crea evidencia de que estás determinada a progresar, actúa honrando ese pensamiento y lo verás convertirse en tu nueva realidad
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