Como cambiar tu hábito definitivamente
Imagina este escenario: Te decidiste. dejaste de fumar. O de tomar alcohol. O comenzaste a comer sano. Vas dos días sosteniendo tu propósito y estás muy ilusionado. Pero el tercer día algo pasa. Te levantas contrariado. O tu jefe está de mal humor. O tus hijos están especialmente traviesos. Y de un momento a otro te encuentras actuando tu viejo hábito.
¿Te resulta familiar? La razón es que dejar un hábito temporalmente no es muy difícil. El problema es sostenerlo.
“Dejar de fumar es fácil. Yo ya lo hice cien veces” (Mark Twain)
Para sostener el cambio es clave cuidar tu paisaje emocional. Observar cómo te estás sintiendo. Qué estás pensando. Verás que cuando te levantas positivo y de buen humor todo es fácil. Piensas con optimismo, te sientes alegre y confiado. Y actúas en consecuencia.
Sin embargo, como todos, atraviesas estados de ánimo distintos a lo largo del día. Tus pensamientos y emociones presentes no serán las que experimentes en un rato, o de noche, o a la mañana siguiente. Tener esto muy presente es clave para sostenerte firme en tu propósito: los pensamientos cambian; las emociones cambian. Todo el tiempo.
La motivación permanente es una ilusión. Fluctúa. El error es creer que necesitas sentirte motivado, que necesitas desear hacer algo para hacerlo. Puedes hacerlo aún sin motivación.
Si te estás sintiendo frustrado y sientes ansias de actuar tu hábito, ten presente que es pasajero. Si te das tiempo, sin responder al ansia verás como ésta se debilita. El ansia tiene un pico que no puede sostener. Es energía. Es dinámica y se transforma.
El ansia es solo una vibración corporal. Se siente en el cuerpo pero no puede dañarte. Lo único que te daña es “obedecer su mandato”
Quizá sientas que el ansia es intolerable. Nuevamente, observa tus pensamientos. Ellos provocan tus emociones y acciones. Por supuesto que el ansia intolerable demanda ser calmada. ¿Pero si cambias tus palabras? ¿Qué tal si el ansia es simplemente incómoda?
El ansia nunca es “intolerable”. No puede dañarte. Es verdad que es incómoda (a veces muy incómoda). La clave está en aceptarla. En dejarla ser. En permitir que exista sin pelearla. Y luego, con amabilidad hacia ti mismo, la clave está en redirigir tu atención.
Aceptar el ansia y redirigir tu atención hace que ocurra la magia. Porque si aceptas el ansia, ésta se calma.
El ansia no actuada no tiene opción. Tu cerebro se reprograma cuando no la actúas y repites el ciclo de observación, aceptación y redirección de atención. Es lo que en psicología cognitivo conductual llamamos descondicionamiento.
Puedes enseñarle a tu cerebro a redirigir la atención. Puedes reprogramarlo. Y lo más importante, no precisas depender de tu motivación. Puede que hoy no estés motivada, que más da? Igual puedes hacerlo.
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